Me había impuesto la necesidad de someter de un modo determinado. chocando contra el muro que yo mismo levanté
Se negó dos veces; paré...volvió a aparecer en su boca una sonrisa incitante, casi burlona y mientras me llamaba y pedía que me pusiera a su lado me vi ridículo, sin autoridad, sin control
Deje de sentir. No había deseo, no había intensidad, no había dominio, sólo frustración. Y en un instante el ansia se esfumó, a la vez que un alivio inmediato deshizo la tensión que me ahogaba.
El ansia....estaba en mi. Me volvió ciego, insensible e incapaz. Me quedé vacío, pero en calma a la vez.
Quería irme , pero no acabar. Pero esta vez decidí no huir. Era mi ansia la que me hizo errar, obstinarme, no ver, no escuchar.....no saber
Me quedé. No estaba entero, y ella tardo poco en ver que faltaba algo. Mi mirada vacía, inexpresiva, casi resignada. Pero permanecía la calma, hallada, disfrutada, sentida de nuevo.
Me quiso entero, e hice un esfuerzo..... no fluía, no era todo mi yo, me sentía forzado, pero ya no me dolia de mi mismo. Mi mente vagaba lejos, o quizá, volvía a su ser desde lo más profundo de si.
Pero el ansia se fue, y de ese modo, será posible que vuelva mi yo
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