jueves, 18 de julio de 2013

A vueltas con...

La Entrega. Dichoso mito casi. Tan mal llevado. Dile a alguien que no se entregó. Sobre todo si confunde compartir con entrega. No existe "quid pro quo", ni equidad, ni falta que hace.

Es tan sencillo cuando se ve. Y una frase, de nuevo, la resume;

¿Qué vas a hacer, lo que tu quieres hacer o lo que el te ordena que hagas?

Sencillo. Sin más. No se trata de humildad,ni de resignación. De su aceptación nace la humillación.

Es querer porque El Señor lo quiere. Sin matices.

A veces es un placer escuchar una palabra, o retener un gesto. Lo dice todo.

Intensamente.

Y quien tiene las cosas claras lo transmite con tanta intensidad. Ve y hace ver. Otro placer disfrutar de tal compañía. Sobre todo cuando en esas raras ocasiones, las distancias desaparecen. Aunque sea por casualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario