viernes, 19 de junio de 2015

Coartadas

Mis sensaciones son muy particulares en ocasiones. Quizá demasiado. Lo obvio o evidente adquiere para mi una consideración muy alejada de lo que suele ser comúnmente aceptado. Y las palabras toman y pierden acepciones con inusitada flexibilidad.

Hay quién necesita referencias del mundo afectivo convencional para encauzar, comprender (o evitar tratar de comprender) lo que le mueve por estos oscuros lugares. Y hay quién es capaz de vivir experiencias cambiando incluso sus axiomas básicos de comportamiento y vida.

Los segundos son raros. Y los primeros no suelen comprenderles. Yo me quedo con los últimos. Miran diferente y no necesitan coartadas. Y me gusta.

PD1 Es curioso, he coincidido con bastantes personas por estos oscuros lugares (sí, cursi y convencional modo de identificarlo), y muy pocas (realmente muy pocas) pertenecen según mi percepción al grupo dos. Sin embargo, nadie se ve exclusivamente en el uno. Como mucho, admiten tener un pie en cada grupo. Y ...... son excluyentes. Es curioso, sí.

PD2 Un refinamiento. El grupo no sólo viene definido por la capacidad de la persona en sí, si no por también por el ámbito en el que se desarrolla. Así, en algunos ámbitos se está en el grupo uno, y en otros en el dos. Otra cosa es que haya cambios de grupo con el tiempo. Pero suele ser en cuestiones (i.e., ámbitos) accesorias.

1 comentario:

  1. Mi opinión, no sé si acertada o no, es que queremos a nuestra madre, a nuestro hijo, a tu hermana o a un amigo y, aunque utilicemos el mismo verbo "querer", no se siente lo mismo por unos o por otros. Utilizamos el referente querer pero no es ni la misma intensidad, ni la misma forma.

    Por otro lado, creo que depende mucho de la persona y no se puede ser del todo taxativo, has podido sentir unas cosas (o no sentirlas) por una persona y que llegue otra y que se despierten otro tipo de sentimientos.

    Besos Mr. Al

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