Lleno de curvas. Y abierto a cualquier proposición.
Curvas se llevan bien con cuerdas y palas. Ya sé que resulta trivial, pero quise ceder al primer impulso.
Me gusta poseer, sin embargo hay algo en ti tan lúbrico, tan carnal,
que me invita a recorrer tu cuerpo despacio, con la punta de los dedos,
reconocerlo milímetro a milímetro, con calma, en una especie de disección
sensitiva.
Y una vez conozca como reacciona cada rincón de tu piel y como se
trasluce eso en tu mirada, comenzar a poseerte, a penetrar en tu
interior, buscando en tus miedos y tus deseos, revolviéndolos juntos con la
humedad y el calor que a esas alturas serán inevitables invitados.
Una posesión de fuera hacia adentro. Sí.
Aunque suene trivial
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