viernes, 27 de enero de 2023

Libertad sexual

Que yo te diga que no tienes capacidad de asimilar mentalmente lo que tú crees que que basta que puedas disfrutar físicamente no implica que coarte tu libertad sexual , o que te esté juzgando.

Constatar un hecho no es ni necesariamente conlleva emitir juicio alguno. Hacer notar que careces de una capacidad concreta no atenta contra libertad alguna, pues poseer o no un determinado atributo físico, de carácter o intelectual es ajeno a la voluntad de poseerlo: se tiene o no se tiene. Puedo equivocarme al observar o no, pero desde luego, no es algo sujeto a interpretación.

Una de las consecuencias de querer hacer un cajón de sastre de unas siglas que definen algo muy concreto, BDSM, es que individuos incapaces o traumatizados por sus carencias o por la falta de ajuste allí donde desearían encajar, tratan de hallar su espacio a toda costa en un lugar para el que no poseen las cualidades necesarias para poder estar.

Y ojo, ni entro ni salgo en qué sientes, o en qué es lo que te mueve. Los apetitos y estímulos de cada uno son respetables si no se tratan de imponer a los demás. Incluso cualquier acto entre adultos responsables, cualquiera, es respetable si ambos consienten en ello consciente y deliberadamente, con absoluta conciencia compartida de las consecuencias que tiene para cada uno de ellos ejercitarlo.

Tan solo hago notar que encontrar el placer a través del dolor, del intercambio de poder, cada uno por su lado o mezclados en una proporción variable requiere estar en posesión de ciertas capacidades que no necesariamente vienen de la mano del tipo de cualidades más ligadas al sexo, género, ideología, militancia, espiritualidad o amor a la naturaleza.

Sin embargo, cada vez es más frecuente que quien carece de la capacidad para acometer una tarea, en vez de reconocerlo y asumir su falta de competencia, tienda a adaptar la tarea a sus cualidades. Y me parece bien, si le place, en tanto en cuanto no trate de hacer comulgar a terceros con la rueda del molino de su subterfugio para ser lo que no puede ser.

Algún día, un manco querrá jugar al tenis, y conseguirá empuñar una raqueta con los dientes. Tratará de cambiar las reglas para que la pelota no pueda venir con demasiada fuerza. Y lo llamará tenis. Lo malo es que pretenda cortar las manos a todo aquel que quiera jugar a ello.....

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