martes, 13 de abril de 2010

Cuaderno de bitácora 8 - Dejando la oscuridad atrás

Decididamente, no comprendo ese miedo tan terrible a equivocarse. Sí, de acuerdo, no es agradable en ocasiones, pero tampoco es tan dramático. Venga a reclamar y exigir el derecho a decidir, pero ¿y el derecho a equivocarse? ¿por que no se reclama con igual fuerza? ¿por que perder la ociasión de aprender de los errores?

En fin, que no entiendo ese afán de vivir centrado sin pasar nunca por los extremos (como no concibo la vida permanente en el filo del universo).

Esto viene a cuento por que estoy disfrutando las consecuencias de una noche equivocada, trufada de decisiones incorrectas. Veasé la cuarta etapa de esta singladura. Desde entonces, volví a pasar por el centro, pero no supe quedarme en el. Sigo encadenado errores con aciertos, y algo toma forma en medio de ese aparente caos. Ha pasado tiempo desde entonces, pero hasta hace muy poco no tuve oportunidad de ver si había aprendido algo de todo aquello. Llegado el momento, salte a la arena con una extraña seguridad en mi mismo. Sí, aspiraba el ambiente, y reconocía intintivamente los terrenos que podía, no podía, y mucho mas importante, que debia y no debía pisar. Tome riesgos, pasee por los extremos, tense la cuerda hasta el mismo pundo donde se rompió aquella noche......sono un estallido, sordo, doloroso, mojado, denso....pero esta vez, pese a su posición fetal, no había desesperación. Ni había soledad. Ni siquiera un temblor, tras toda aquella agitación.

Levemente, pase mis dedos por su espalda; lentamente, con mucha suavidad. Despacio, le di la vuelta, y seque las lágrimas . Y en el fondo de su mirada, supe que aquella negra noche había quedado definitivamente atrás.

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