martes, 7 de agosto de 2012

Murallas

Una protección. Levantada a veces de forma instintiva, otras deliberada. Casi siempre una mezcla de ambas. Para estar a resguardo de lo que viene de fuera...o de si mismo.

El temor las propone. El ánimo las dispone. Lucen imponentes. Brillantes, sólidas, coherentes.....y cuando parece que nada podrá ya con ellas, caen a los pies de un soplo inesperado.

Una mirada anunció la propuesta.

Un roce confirmó la disposición.

Dos palabras quisieron mostrar su fulgor y su fuerza.

Una sonrisa, la falsa y cómoda tranquilidad que propocionan.

Tras pasar un periodo breve, un tenue viento disimulado por las rendijas fue suficiente para socavar sus cimientos, imperceptiblemente.

seis, siete, ocho soplos fueron repelidos sin aparente esfuerzo, mas mostraron que el camino estaba abierto.

una tarde calurosa, de aire tibio y cálida pereza se preparó el asalto

Una risa mostró la grieta

Un error pausado la disposición

Dos palabras anunciaron la caida de las primeras piedras

Un susurro casi gemido anunció la rendición

La capitulación se firmó a la mañana siguiente. Una dulce entrega, consumada una vez más. Y no será la última, afortunadamente.

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