sábado, 15 de abril de 2023

La realidad imposible

Crees que quiero poseerte. Someterte hasta el punto de que dejes de pensar y solo puedas sentirte bien sabiendo que me complaces, que existes para darme satisfacción, y además, sin que puedas evitarlo. Piensas en ello como una posibilidad improbable, imposible, fantasiosa. Vamos, a ti, con tu carácter y fortaleza, nadie te lleva por donde no quieres, y aunque quieras, no es posible encaminarte por donde decides no pasar.

Así pues, me miras de un soslayo casi divertido cuando escuchas que no es que lo quiera, es que lo voy a hacer, y además, si me apetece, no habrá forma de que puedas evitarlo. Aunque mi semblante es serio, también me divierte, y comienzo a disfrutar cuando apenas un breve instante después de posar tu mirada puedo ya apreciar que algo en ti te dice que esa realidad imposible que te hace sonreír maliciosamente ya no es tan descabellada.

Apenas unos meses después, sigues sonriendo. Pero ya no puedes mirarme a los ojos sin agachar la cabeza, y sabes que lo imposible, a mi lado, ha dejado de existir. Te alegras de haber subestimado el peligro.

Divina y tangible realidad. Absolutamente posible, al final.

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