lunes, 26 de febrero de 2024

La sencillez y lo imposible

Alguien con quien intercambio correos, me solicitó lecturas sobre el protocolo. A consecuencia de ello, volví a revisar algunas ideas fundamentales. Una de ellas es que el protocolo es una herramienta, y no tiene contenido por si mismo. Tiene sentido en un ámbito que requiera de unas reglas que regulen el traspaso de información. 

Las relaciones de dominación/sumisión, en esencia y desprovistas de toda la carga accesoria y reivindicativa de elementos externos que se les ponen tan alegre encima, son algo extremadamente sencillo. Es una simple relación jerárquica por principio. El protocolo no hace más que dar un cauce a esa autoridad a la que da forma la jerarquía, ya sea aceptada, percibida, impuesta o la mezcla de los tres en cualquier proporción.

Por eso, más que lecturas sobre protocolo, prefiero las que muestran con claridad la relación vertical de autoridad y poder.

Hay dos libros que para mí son ilustrativos.

-El Ama, memorias de una dominatriz, de Francoise Foucault.

-Grushenka, tres veces mujer, anónimo.

Con esos dos libros más el de Jay Wiseman (BDSM, las prácticas y su significado), es posible disponer de una buena base para orientar la inquietud y el deseo desde la teoría a elementos tangibles, que permiten dar forma a lo que son sensaciones e impulsos poco concretos e imaginados.

Hay una cuarta obra, que resulta un maravilloso corolario a lo que proporcionan estas tres. Se trata de "El amante lesbiano", de José Luis Sampedro .Pero no conviene siquiera anticiparla antes de haber leído las primeras.

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