miércoles, 13 de agosto de 2014

El rojo etéreo

Evoca lo primordial, excesivo, brillante.
 Transmite inquietud aún en su tono menor.
Calor, fuego, intensidad, son sus atributos mayores.
¿Cuándo fue el rojo etéreo?

Quizá en un tiempo,
cercano, lejano,
donde la moda era deconstruir,
vano intento de apreender esencias.

Quizá en un lugar,
donde nadie dice quien es,
ni es quien dice,
y todos son lo que parecen y no lo que quieren ser.

Quizá en un espacio,
de impostura trivial
que oculta la incapacidad,
el vacío, la nada.

Quizá entonces, el rojo fue etéreo.
Llama sin oxígeno,
calor pintado,
fuerza atada.....vana.

El rojo fue etéreo.

¿Seguro?. ¿Era él?
Sí, era él.
¡Sí, eso era!
No era Él.

El rojo es rojo, y quienes creyeron verlo etéreo lo desean así.
Y no es.
Ni fue, ni será.

El rojo es Rojo, por siempre.
Pudiste beberlo, y ahora, ya....no te quemará.

El Rojo ha nacido.
Aunque se consuma en el silencio del vacío.
El Rojo es El.

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