sábado, 4 de marzo de 2017

Alabanzas privadas a un par de tetas

Reconozco que es una debilidad; cuando veo un par de tetas que me gustan, soy capaz de inventar la alabanza más absurda para poder jugar con ellas. Hace unos 282 días lo hice, y glosé las supuestas bondades de una soplapollas integral sin un átomo de respetabilidad.

Menos mal que luego recuerdo que las tetas levantadas se caen, mientras que las mentes enfermas a partir de cierta edad no se recuperan; entonces, el verdadero atractivo luce en todo su esplendor.

Ah, y es una buena práctica usar palabra de seguridad. Aunque eso ocurrió mucho más allá de 282 días atrás. Claro que alguien que presume de tocar los cojones no recordará algo tan lejano. Yo, sí.

Todo es susceptible de empeorar, gravedad y capacidad neuronal mediante.

Hale, a buscar árnica con la clá. Que no hay que engañarse, la mayoría solo aprecian sus tetas. Mientras estén levantadas, claro.

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