“Me definiría como una señora mayor muy decente —pone cara seria—, en
la que no se fijaría uno por la calle, que detrás de esa apariencia muy
decente tiene unos deseos y unas formas de ser que no lo son”, resume.
“Esa dualidad es bastante divertida y se materializa por el hecho de que
tengo dos nombres: el de mi estado civil y mi seudónimo. Y es
necesario. En el día a día soy bastante alegre. En las ceremonias, para
nada. No podría ser Jeanne de Berg siempre. Sería muy pesado… ¡para todo
el mundo!”.
Extracto de una entrevista a Catherine Robbe-Grillet, alias Jeanne de Berg
Sí, ya sé que hay muchos que están de vuelta de todo y están orgullosos
de haber inventado la rueda. Por eso es doblemente refrescante leer
artículos así.
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