Calor de la tarde,
con su color, dorado
El contraste cálido
de la madera, tostada
y la piel, blanca
trémula, abierta.
El soplo del viento,
frío, sobre el calor
de la carne dispuesta,
expectante, saboreando
el deseo que se anuncia
húmedo y denso.
El color de las hojas,
y el del agua, mezclados
bajo los párpados
bañados por la sal,
apretados, intensos.
Un sueño de tiras
simétricas, dibujadas
sobre la palidez tibia
que espera subir
trazo a trazo
el tono circular y
trenzado, unido
a las rectas salvajes
que se dibujan tras
el zumbido exacto
y se consuman
con un gemido.
Muchos colores simultáneos
y un recuerdo en rojo
de un momento único
y esperado.
El rojo que ahora habita en mente
envuelto en un negro deseo.
El rojo esperado.
El rojo paciente.
Marcada de rojo.
Mordiéndote la piel y las entrañas.
con su color, dorado
El contraste cálido
de la madera, tostada
y la piel, blanca
trémula, abierta.
El soplo del viento,
frío, sobre el calor
de la carne dispuesta,
expectante, saboreando
el deseo que se anuncia
húmedo y denso.
El color de las hojas,
y el del agua, mezclados
bajo los párpados
bañados por la sal,
apretados, intensos.
Un sueño de tiras
simétricas, dibujadas
sobre la palidez tibia
que espera subir
trazo a trazo
el tono circular y
trenzado, unido
a las rectas salvajes
que se dibujan tras
el zumbido exacto
y se consuman
con un gemido.
Muchos colores simultáneos
y un recuerdo en rojo
de un momento único
y esperado.
El rojo que ahora habita en mente
envuelto en un negro deseo.
El rojo esperado.
El rojo paciente.
Marcada de rojo.
Mordiéndote la piel y las entrañas.
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