jueves, 13 de junio de 2013

Preaching to be perverted

El título de una, según los comentarios leídos, buena película.

Y una frase deliciosamente ambigua.

Rezando para ser pervertido.....para ser, ¿per se, por uno mismo, o para que alguien te pervierta?

Abre caminos para el análisis, la elucubración, sobre la perversión. La propia y la que nos es mostrada. ¿Está todo dentro de cada cual? ¿Se necesita guía o se puede ser autosuficiente? ¿Los roles marcan de algún modo el camino de la perversidad, o es irrelevante? ¿Se desarrolla o es innata?

Preguntas y más preguntas. Son de charla de café, naturalmente. Escribir sobre ello puede saltar tedioso y pretencioso. Pues probablemente se tienda al realizar el retrado deseado, que no real de uno mismo. Además, en ciertos escenarios....¿Quién no es perverso?

Aunque conviene primero saber que es exactamente la perversidad. Cuando falta imaginación, el diccionario es una buena ayuda. Así, la perversidad es la condición del perverso. Por lo tanto, asumiendo que hablamos de seres perversos, veamos que son:

1. adj. Sumamente malo, que causa daño intencionadamente.
2. adj. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas. .

Dejando aparte la primera definición (el daño cae fuera del ámbito del juego, sin duda alguna), nos queda un tipo corruptor de estado u orden.

Eso no es malo ¿verdad?. A mi, nihilista irredento, no me lo parece. Con lo cual, un ser perverso atenta contra lo establecido.

Pero, ¿por qué esta atracción de lo perverso?. ¿Tiene que ver con lo prohibdo, lo vedado, el tabú...?  

El propio título de esta entrada es perverso de por sí rezando para ser pervertido. Pidiendo al orden que atente contra el mismo. 

Realmente, la perversidad es un proceso de moviento infinito. Pues una vez la perversión corrompe algo, por si misma establece otro algo nuevo, que ha de ser asimismo corrompido, y de ese modo ininterrumpidamente.

Empiezo a pensar que no hay tanto perverso como se cree. Y que en el fondo, el deseo de perversión debe hacer referencia a otra cosa. A una perversidad de catálogo, procedimentada, de tiempo parcial. Eso suena a entretenimiento burgués. Será por eso que en realdiad, no vemos a tantos perversos (soy de la escuela clásica,  y asumo que el genero másculino del texo engloba ambos sexos. Las @ son para el e-mail. Así que las señoras perversas pueden darse por incluidas).

Y volviendo al título de esta disgrasión...no, no veo muchos devotos rezando por la corrupción de su espíritu. Es uno de esos deseos fantasía que en realidad no se desean cumplir. Pero seres perversos hay. Sí. Y salen a la luz cuando menos se les espera. Y no dan miedo, no. O no sólo, claro.

Ahí quedan las preguntas. Para quien quira usar la cabeza y después los dedos (para escribir, como no)

Para acabar, la imagen que hizo saltar la chispa de este pequeño dislate


Parece ñoña, verdad. Pero lean en este mismo blog sobre perlas, collares y camareros. Collares de cuentas negras y aromas íntimos. Y sepan que, aunque nunca pensé que lo haría, voy a comprar un rosario. Con buenas cuentas. Tengo una idea para escenificar una redención y su correspondiente penitencia.  Perversa idea, por supuesto.

Espero ver pronto la película. çav er que fue del devoto aspirante. A perverso.



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