sábado, 9 de febrero de 2013

Tumbado en una cama

Tumbado en una cama

Es cerca de medianoche

asépticamente cálida

tan sólo el detector de humo rompe la monotonía

no me veo, mas intuyo que parezco ajeno al lugar

tan fuera de sitio como la carcasa cilíndrica

que parece observarme desde el techo

una calma densa flota falsa, fictícia

sin oxígeno no hay combustión

eso,, tan sólo eso, ha evitado el incendio

por mi mente vagan palabras oídas o leidas

algunas cercanas, otras que reaparecen

afirmaciones, preguntas, intuiciones propias y ajenas

"estás solo"

"eres un mujeriego"

"¿eres feliz?"

"disculpa que me vaya, no te lo tomes a mal"

"no me gustas"

"es precipitado"

"yo no lo propuse"

"estás cayendo"

"no puedo"

"eres bueno"

"soy malo"

"si hay ocasión"

"tengo miedo"

Hay dudas, muchas

Y certezas nuevas; algunas agradables, otras no

Y con las certezas, nuevas dudas, y dudas que mueren.


Me levanto, recojo, y cierro la puerta tras de mi.

el espejo del ascensor devuelve mi reflejo. Inexpresivo.

Vuelvo a casa, aislado con esa obsesión que tanto me calma

Fuerte, dura



Son las doce. En cuatro horas han pasado muchas cosas.

Muchas.

Pero no ha ocurrido nada.



Me veo en el ascensor, de nuevo. Mi rostro sigue inexpresivo en el sótano

Llego a la última planta, y el gesto ha cambiado. Suave.


No sólo se cerró la puerta de esa habitación. Con las dudas que quedaron dentro, dejé varios pesos muertos.

Se acabó. Ahora sé que "no me sobra el tiempo"

Hoy he dormido mejor.

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